PIOJO
El Piojo Lopez fue uno de mis ídolos de infancia. En principio, el bichito del Fútbol me picó tarde. Como a los 10 años. Racing no tenía un equipo tan competitivo, pero tampoco era malo. De mitad de tabla para arriba. Y ahí vi a Claudio Lopez. El piojo, con 18 años, un pelo largo muy noventoso y medio payaso. Lo vi jugar y me pareció que algo tenía. Con una velocidad envidiable, me maravillaba ver el pique que tenía, pero siempre le faltaban 5 para el peso y veía la misma secuencia: llegaba a la línea o al mano a mano, pero cuando tenía que pegarle a la pelota, la mandaba a la tribuna o afuera por poco, seguido de las caras de frustración de la gente, más todas las cosas que le gritaban. Igual digamos todo: algunas terminaban en gol. Le habrá costado 3 años, pero cuando afinó la definición, fue ídolo y fue figura. En el 96 se fue al Valencia, donde también fue ídolo y figura, y siguió con una carrera que lo llevó a jugar a Italia, México y Estados Unidos. Más all