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PIOJO

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            El Piojo Lopez fue uno de mis ídolos de infancia. En principio, el bichito del Fútbol me picó tarde. Como a los 10 años. Racing no tenía un equipo tan competitivo, pero tampoco era malo. De mitad de tabla para arriba. Y ahí vi a Claudio Lopez. El piojo, con 18 años, un pelo largo muy noventoso y medio payaso. Lo vi jugar y me pareció que algo tenía.           Con una velocidad envidiable, me maravillaba ver el pique que tenía, pero siempre le faltaban 5 para el  peso y veía la misma secuencia: llegaba a la línea o al mano a mano, pero cuando tenía que pegarle a la pelota, la mandaba a la tribuna o afuera por poco, seguido de las caras de frustración de la gente, más todas las cosas que le gritaban. Igual digamos todo: algunas terminaban en gol. Le habrá costado 3 años, pero cuando afinó la definición, fue ídolo y fue figura. En el 96 se fue al Valencia, donde también fue ídolo y figura, y siguió con una carrera que lo llevó a jugar a Italia, México y Estados Unidos. Más all

Tom Delonge

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                 Hay tantas cosas que me gustan de Tom que no sé ni por dónde empezar. Mejor por el principio. Lo conocí allá por el año 99, viendo MTV. El hit de Blink 182, All the Small Things, fue la canción con la que llegaron a hacerse conocidos en Latinoamérica. Punk californiano para skaters, con letras de chicos solitarios que salen perdiendo en el amor, tocando lo más rápido que se pueda, como si se estuviera huyendo de la muerte misma. COMPRO. Pasaron algunos años y pensé que ya estaba. Ya la pegó. Iba a seguir haciendo discos con sus amigos hasta pelearse o hasta viejo. Entonces, en el medio de todo el éxito, la banda se toma un descanso, y él decide formar otra banda para hacer otro tipo de música. Salió Box Car Racer en el 2002 y me dije “¿Un Blink más emo?” COMPRO. En sus palabras, hacer ese disco fue como ir a la universidad. Después hicieron el discazo intitulado Blink 182 del 2003 y la banda se separa. Arma oootra banda, Angels & Airwaves, en el 2005. Sonidos futur

Los Abuelos de la Nada: en vivo en el Ópera (1985)

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                  Empezando hoy voy a tratar de ser constante en subir reseñas y análisis de personajes y obras o artículos que me interesen por cualquier motivo. Hoy, tenemos este fabuloso disco de Los Abuelos de la Nada en vivo en el Ópera (1985): uno de los discos más icónicos de mi vida, y creo, del rock en español. Cosas de Virus, de Charly, de Fito. El histrionismo de Miguel Abuelo para vestir esas poesías inconfundibles que tenía y que algunos seguimos adorando hasta el día de hoy. Uno de esos discos que tiene versiones en vivo que, en mi opinión, muchas son mejores que las de estudio. Un gran ejemplo de esto es “Sin Gamulán”, “No te enamores…”. Párrafo aparte para la presentación oficial de Costumbres Argentinas, que en mi historia personal, fue la primera canción que toqué con una banda en una sala de ensayo, allá por el año 97. Un cariño especial. Hay tantas cosas lindas de este disco, y no todas están en la superficie: el hambre y el orgullo de Calamaro por querer comerse el

The perks of being a wallflower

  “Las ventajas de ser invisible”. Recién me di cuenta de que wallflower vendría a ser una flor en la pared. Un adorno. Algo que uno pasa de largo. Luego de reencontrarme con esta peli después de varios años recuerdo por qué me identificaba tanto. La idea del colegio secundario. Ver que todo el mundo es más grande que vos, y vos, con tu bagaje, sos la nada misma. No sabés nada, y todo se te rien en la cara porque todavía no creciste, o porque tenés 13 años. La edad más incómoda del mundo. No sos chico, pero no sos grande. No tenés experiencia, obviamente, entonces, todos se rien de que no tenés experiencia. Y no hay absolutamente nada que puedas hacer para evitarlo. No sé si se supone que la adolescencia tenga que ser esta etapa traumática en la que uno se da unos golpazos de realidad que lo hace crecer. Hay gente que mira hacia atrás a esos años y los recuerda como los más felices de su vida. Para mi no fue así. Pasé mi adolescencia queriendo ser otro y queriendo estar en otro lugar

Cambios

Hoy el oso está más quejoso que nunca. "Sólo el cambio es lo único que permanece en el tiempo incondicional" clamaba Ciro Pertusi desde el disco Un Día Perfecto. No siempre los cambios son buenos. Mi hermano del alma, el que conozco desde que nací, con el que viví millones de aventuras, alegrías, disgustos, escenarios, incluso tatuaje y diversos tipos de etcéteras.... deja de tocar con nosotros. ¿Cómo me afecta esto? En fin. Soy una persona difícil (¿quién no?). A veces parece que soy medio cínico e indiferente, y esto es cierto. Es algo con lo que lucho día a día. Pero esto es diferente. Esto me dio un sacudón en el pecho. Un golpe que combina a Tyson, Rocky Balboa y Maravilla Martinez. Así que ¿cómo estoy? Triste, enojado, inconexo, incoherente, cansado, atareado, angustiado, desganado, aturdido, dividido, las pelotas. Me siento como el mismo calificativo que le digo a mi gato cuando se pone cargoso. Le digo: "sos una bola de necesidad". Así que acá estoy. Acá la

Nostalgia

No se confunda con el título, mi querido lector. No estoy hablando de un tango triste de Gardel. Hoy volvimos al bar. Al lugar donde nos alegrábamos al extremo y también llorábamos penas viejas de amores. Donde se nos ocurrían ideas y proyectos que nunca en nuestra vida hubiéramos pensado con 4 botellas de menos. Me recordó a cuando me ganaba unos pesos sacando fotocopias en la imprenta de enfrente, para cerrar el local a las 20 hs y aprovechar el 2x1 en Fernet, juntarme con Santy y con Marian, que vivía ahí a una cuadra, y ahogarnos en alcohol un día de semana cualquiera. Donde proyectábamos irnos a la montaña, tirar el celular al fondo de la mochila y olvidarnos de todo. Hoy pasé por muchos lugares que significan mucho para mí. Pero no con un deseo de volver al pasado, si no con la felicidad de haber vivido mil cosas. Con la alegría de haber forjado algo tan fuerte con mis amigos que nunca pudimos parar. En Noviembre se viene La Trastienda. Uno de repente tiene ganas de ir directo

Deja vu de un corazón inmaduro

  Siempre que escribo acá trato de que las cosas que pongo en este lugar me resulten emocionalmente reflexivas. Cuando empecé a escribir "Deja vu de un corazón inmaduro" (Sin creerme Cerati. Simplemente me gusta escribir de las cosas que me emocionan. Qué lindo atajarse así, no? Qué linda la paranoia. Para más información, ver el primer posteo de este blog), ya me perdí. En fin! Cuando empecé a escribir "Deja vu...", estaba a punto de ir a dormir. Es raro que yo quiera escribir una canción "para tal cosa o tal otra". En este caso, me quise referir a ese momento único y romántico que vive cada persona cuando se acuesta en su cama y se queda sola con sus pensamientos. Supongo que es distinto cada día y en cada persona, pero en ciertos momentos, a mi me gusta refugiarme de la realidad en esos pequeños e invaluables momentos que viví a lo largo de mis años. Me gusta, por momentos, pensar que sigo siendo un niño con todo el mundo por delante y todo por venir, o